Es una herramienta aplicada al trabajo en equipo, cuyo objetivo es facilitar la obtención de ideas originales en función de un tema determinado, mediante la exposición libre de los conceptos o propuestas de cada uno de los integrantes.
Se utilizan diversas técnicas para dar pie a una lluvia de ideas pero, por lo general, el resultado debe apuntar a la cantidad más que a la calidad, es decir, se busca obtener todas las ideas posibles sin mayores expectativas en cuanto a la eficacia de las mismas. Para ello, se debe plantear el tema a desarrollar y brindar un espacio de tiempo limitado para que cada miembro del equipo pueda escribir sus ideas en torno a dicho tema.
Las ventajas que ofrece la aplicación de esta herramienta son:
- La obtención de una amplia gama de ideas en un menor tiempo.
- El estímulo de la creatividad de los miembros del equipo de trabajo.
- La eliminación de bloqueos por parte del equipo frente a un contenido determinado.
- La obtención de diversas soluciones posibles sobre un mismo problema.
Para hacer una tormenta de ideas hay que seguir estos pasos:
- El primer paso es hallar un espacio de tiempo para que el equipo pueda reunirse y exponer sus ideas cómodamente y sin interrupciones.
- El grupo de trabajo podrá disponerse en un salón de conferencias o en el sitio de su preferencia, donde deberá haber un ambiente relajado que facilite el flujo de ideas.
- El facilitador presenta el tema central de la sesión y estipula un tiempo límite para el desarrollo de las ideas. Puedes utilizar un mapa mental para organizar la lluvia de ideas.
- Pasado el tiempo, cada integrante expone sus propuestas y el facilitador toma nota de cada una de ellas.
- Se establecen los criterios que ayudarán a elegir las mejores ideas y se procede a evaluarlas conforme a los mismos.
- Se presenta una lista con las ideas aprobadas y en consenso se procede a elegir la más favorable.
- Luego se establece el procedimiento a seguir para ejecutar la propuesta elegida.
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